Me gustaría que pienses en todas las conversaciones que has tenido esta última semana, quizás puedas recordar alguna en la que se comparaban dos personas, dos trabajos , dos bienes, etc. Te has parado a pensar ¿Cuál es el fin de este tipo de conversaciones? ¿Para qué sirven?
Nos guste o no, muchas conversaciones comunes giran entorno a la comparación. En estas comparaciones se busca determinar quién o qué está en una posición superior o inferior.
¿Cuántas veces hemos escuchado estas frases?
Comparaciones que nos hacen sentir inferior:
- Para ella es fácil, es más inteligente que yo.
- El tiene más dinero, eso le ha facilitado las cosas.
- A ella le va bien porque es bonita, en cambio yo soy fea.
- Él ha tenido mucha gente que le ayuda, por eso lo ha conseguido. Yo en cambio no tengo a nadie.
- A ella se le dan bien los deportes desde siempre, yo soy muy torpe para esas cosas.
- No me voy a presentar a ese concurso porque son todos muy
buenos, y no quiero hacer el ridículo. - Ella siempre ha tenido mucha suerte en todo, yo en cambio no tengo suerte en nada.
- A él siempre se le ha dado bien estudiar, a mí en cambio me cuesta muchísimo.
Comparaciones que nos hacen sentir superior:
- En mi trabajo son todos unos mediocres.
- Soy el mejor de mi clase tenis.
- Tengo mejor coche que ella, cuesta el doble.
- Yo soy mucho más elegante y guapo que él.
- Nosotros tenemos una casa mucho mejor que la de ellos.
- Ella consiguió el ascenso porque es amiga de la jefa, no porque realmente lo merezca.
- Mi hijo va muy adelantado para su edad, en comparación con todos los demás de la guardería.
- Soy la persona más trabajadora y con más talento de mi empresa.
¡Qué alivio pensar que otros tienen una capacidad increíble para conseguir logros de forma fácil y sin esfuerzo!. De esta forma evito responsabilizarme de mis resultados y no tengo que hacer ningún esfuerzo.
¡Qué útil opinar que soy mejor que los demás por lo que tengo y así calmar el dolor que siento porque no me quiero a mi mismo!. De este modo intento buscar motivos externos para que otros me valoren y me quieran, ya que para mis adentros no me valoro.
En mi opinión, compararse es una de las costumbres más inútiles, dañinas e improductivas de esta sociedad. Pero ¿Por qué tendemos tanto a la comparación?.
Compararse es limitarse y engañarse.
Las comparaciones limitan y buscan justificar la actitud que estamos teniendo en el presente, dan razones y motivos para determinar que nuestra actitud vital actual es la correcta. A diferencia de la persona con la que nos estamos comparando. Con ellas buscamos proteger o reforzar nuestro ego y nuestras creencias.
Por ejemplo: María se ha equivocado al dejar la empresa, aunque este no sea un buen trabajo, es seguro. Verás como en 5 meses no está tan contenta y vuelve diciendo que se arrepiente.
Tendemos a buscar explicaciones que refuercen nuestra opinión y las decisiones que hemos tomado, cuando realmente esas decisiones, pensamientos y creencias deberían surgir de una reflexión y convicción mayor . Cuando nuestras decisiones y creencias son profundas no necesitamos este tipo de refuerzos.
Además con las comparaciones nos engañamos. No comparamos de forma real dos situaciones, dos objetos o dos personas de una forma científica y objetiva, atendiendo a variables y resultados. Sino que realizamos un juicio de valor en función a la imagen que hemos construido acerca de esa persona, situación u objeto.
Con las comparaciones buscamos reafirmarnos y encontrar la excusa perfecta que nos ayude a permanecer pasivos en la situación actual. Utilizamos estos falsos razonamientos para confortarnos, evitar el esfuerzo que supondría seguir creciendo y evolucionando, y no sentir la incomodidad que todos sentimos cuando afrontamos un cambio.
Nos comparamos con la imagen que tenemos de una persona, no con el ser humano que es en realidad.
Cada uno de nosotros lleva consigo una historia singular y única. Con sus victorias y sus derrotas, con su imagen pública y con su forma de ser privada que solo conocen los que comparten su hogar. Con sus talentos y también sus limitaciones, con sus creencias personales acerca del mundo condicionadas por el cristal de su experiencia, y de su vida única e irrepetible.
Cuando nos permitimos conocer en profundidad a el ser humano que hay detrás de la persona que creemos ver, nos damos cuenta que es imposible comparar dos vidas.
Si vas a compararte que sea con el universo:
Si en algún momento sientes la necesidad de compararte, te invito a que te compares con el universo. En mi opinión es la única comparación sana posible.
- Cuando creas que todo el mundo tiene mucha suerte menos tú, quiero que reflexiones ¿Es posible que mi vida esté regida por unas leyes distintas a todas las demás personas, y por ende a el universo?
- Cuando creas que tu desempeño es más importante que el de las personas que te rodean, pregúntate ¿Quién recordará lo que haces en un billón de años?
- Cuando sientas que estás dando mucho en tu trabajo y no te reconocen, quiero que te preguntes ¿Qué reconocimiento recibe el sol después de todo lo que hace por la tierra?
- ¿Puede alguien brillar más que el sol?¿Tener más recursos que la madre tierra? ¿Más capacidad de creación que el universo?
Cuando comparas tu vida con la inmensidad del universo, comprendes que nada de lo que puedas hacer, decir, o tener es tan significativo e importante. Que dentro de este inefable y asombroso universo todas las personas somos iguales y tenemos el mismo valor.
No obstante, puede que la inercia te lleve a caer en alguna de las comparaciones de las que hemos hablado. Si es el caso, me gustaría que la escribas en una nota e intentes reflexionar y analizar cuál es la necesidad que se esconde tras ella. Esta pequeña acción te ayudará a conocerte un poco mejor, algo fundamental para poder seguir creciendo y evolucionando.
No te compares con nadie, eres único e irrepetible. Y si lo haces, que sea con el universo.
Puedes disfrutar de las ideas centrales de este artículo en este vídeo.
Me encantó.
Que manía tenemos smp va innato en el ser humano.
Ahora tmb ya es cmplicad realizarse cm persona, ya es complicado estar xla vida en busca de nuestra felicidad, la q cada tiene cm felicidad.. ya es cmolicado salir adelante cn todos los tropiezos y demás cosas en contra para salir adelant cm para ponerse a comparar cn el de al lado. Sería imposible avanzar así te resta tmp muchooo tmp encima q bo es sano supong q frustrará más porq cada uno se rodea de millones d circunstancias diferentes imposibles de cmparar y encima somos todoss totalmente diferentes a la hora de ejecutar.
Muchas gracias por tu comentario Silvia! Me alegra que te haya gustado!