En la sociedad actual hemos normalizado ir todo el día corriendo en piloto automático de aquí para allá, pasar horas y horas sumergidos entre pantallas, sentir emociones intensas a través de películas y series de televisión (en muchas ocasiones más que en la vida real), buscar la felicidad en causas externas como los logros u objetos materiales, y un largo etcétera. Y todas estas cuestiones contribuyen a que cada vez más y más personas estén profundamente desconectadas de ellas mismas y de la vida real en general.
En mi opinión muchas de las situaciones de insatisfacción, estrés , sensación de estar perdidos o desmotivados, así como la falta de ilusiones en muchas personas están estrechamente relacionadas con la profunda desconexión de nosotros mismos con la que solemos vivir en la actualidad.
Tanto es así, que muchas personas nunca se han parado a escucharse a sí mismos, y mucho menos a conocerse, a descubrirse, a entender sus procesos internos, sus pensamientos, sus sentimientos, su historia de vida, etc. Esto hace que en muchas ocasiones estas personas no sepan ni responder acerca de quiénes son en realidad.
Además la tendencia de esta desconexión va en aumento. Solo tenemos que observar a los niños para ver que ya no disponen de un momento de calma, de inactividad, de estar sentados en una silla sin hacer nada, sin mirar ninguna pantalla, soñando o como se solía decir cuando yo era una niña pensando en las musarañas.
Los teléfonos, las horas frente al ordenador y la televisión, las redes sociales, la permanente necesidad de estar siempre ocupados, distraídos, estimulados, etc. hace que cada día estemos más desconectados de nosotros mismos, y de la vida real en general.
Pareciera como si en la cultura actual propiciamos hacer cualquier cosa, lo que sea, con tal de no tener un momento en calma y silencio, donde estar simplemente frente a frente con nosotros mismos.
De hecho, muchas personas evitan estos momentos a toda costa, pues es en el descanso, en la pausa, en esos tiempos de pasear en silencio o simplemente sentarnos en una silla y no hacer nada, no ver nada, no utilizar ninguna pantalla, no tener ninguna conversación ni con otras personas ni en nuestra cabeza, etc. donde podemos estar con nosotros mismos y sentir lo que habita en nuestro interior. Es en esos momentos de sosiego y silencio en los que podemos conocernos, escucharnos, entendernos, comprendernos y autoobservarnos.
Sin pantallas, sin tareas, sin ruidos… podemos conectar con nosotros mismos y ver lo que existe en nuestro interior, tanto las cosas más positivas y luminosas, como las más oscuras o difíciles de procesar. Al observarnos y conocernos podemos comprender pensamientos, sentimientos e incluso recuerdos reprimidos, procesos internos que intentamos tapar porque no queremos tener que enfrentarlos y resolverlos, etc . Esta quizás sea la causa principal por la que a muchas personas les cuesta frenar, bajar el ritmo, desconectarse por varios días de las pantallas y las redes sociales, las rutinas, las tareas, las actividades…. No hacer nada, y simplemente estar frente a frente con uno mismo, pues en esa conexión es donde puede brotar toda la verdad que existe en nuestro interior.
Por mis inquietudes y mis experiencias de vida he tenido la suerte de poder conversar con muchas personas al respecto de este tema, de la conexión con uno mismo y lo cierto es que una gran parte de las personas con las que he podido hablar nunca se han dado el tiempo y espacio para hacerlo. Nunca se han dado la oportunidad de escucharse, entenderse, conocerse y saber quienes son. Esto hace que no conozcan sus procesos internos, sus gustos, sus sueños, sus habilidades, sus puntos fuertes o débiles, los sentimientos que almacenan en su interior, etc. En resumen, no saben muy bien quienes son.
El problema es que para poder vivir una vida auténtica, plena y satisfactoria, gozar de una buena autoestima y sentirnos realizados con nuestras vidas es imprescindible conocernos a nosotros mismos, escucharnos, valorarnos y cuidarnos, y todos estos aspectos son imposibles si nos mantenemos desconectados de nosotros mismos.
Mi opinión muy personal al respecto es que cuanto más conectada esté una persona consigo misma, más feliz será.
Pues, una persona conectada consigo misma:
- Se conoce, conoce y reconoce sus procesos internos, sus pensamientos y sentimientos.
- Conoce sus principios y valores; sus gustos y deseos; sus anhelos e intereses, sus puntos débiles y sus puntos fuertes, etc. En resumen se conoce y sabe quién es.
- No juzga su mundo interior lo comprende, acepta, observa y reflexiona acerca de él. Se comprende.
- Sabe que le ofrece bienestar y felicidad, y que no.
- Se conoce y puede llevar una vida plena, auténtica y satisfactoria, alineada con la persona que es en realidad.

Conectado contigo mismo
Por todas estas cuestiones de las que hemos hablado, me gustaría invitarte a que pruebes a propiciar en tu día a día un tiempo y espacio para ti, para conectar contigo mismo. Date el permiso y el placer de conocerte y redescubrirte.
Para ello no es necesario hacer nada en concreto, solo necesitas encontrar un tiempo y espacio en calma y silencio en tu rutina diaria. No obstante, se que para muchas personas es difícil comenzar a escucharse y conocerse, de hecho las personas que están profundamente desconectadas de ellas mismas suelen experimentar sensaciones incómodas, como miedo, angustia o ansiedad cuando están en esos momentos de inactividad y silencio, es la principal razón por la que muchas se empeñan en evitarlo a toda costa.
Tanto para las personas que les ocurre esto, como para las personas que no están familiarizadas con conectar con ellos mismos existen otras formas sencillas y amenas con las que podemos comenzar y aprender a conectar con nosotros mismos, como por ejemplo:
- Dar un paseo por la naturaleza.
- Practicar un ejercicio de meditación o atención plena.
- Escribir. Liberar nuestro interior a través de la escritura, ya sea en nuestra libreta de evolución personal o simplemente propiciando un momento de relajación y escribiendo todo lo que vaya surgiendo de nuestro interior.
- Dibujar.
- Bailar.
- Practicar deportes como correr, esquiar, nadar, hacer yoga, etc.
- Observar el fluir de un río o las olas del mar
- Realizar una actividad con atención plena, por ejemplo: cocinar, cultivar el campo o el jardín, hacer ganchillo, etc.
O simplemente disfrutar del placer de estar en silencio sin hacer nada. Esta es la forma más simple de estar con uno mismo. Sin embargo para muchas personas, sobre todo para las que hace mucho tiempo que no han dedicado un tiempo a conectar con ellas mismas puede ser una de las formas más difíciles o incómodas.
Sea cual sea la forma en la que decidas conectar contigo mismo, lo importante es que propicies un espacio para conocerte, redescubrirte y redescubrir la vida real, la que existe fuera de las pantallas, del ruido, de las actividades constantes, del adormecimiento que nos intentan inducir, de las ideas o de las formas de pensar preestablecidas, etc.
Para mí es fundamental buscar diariamente un tiempo y un espacio para conectar conmigo misma. Esto lo hago en mis paseos diarios por entornos naturales, a través de la práctica de la atención plena, propiciando momentos de silencio o reflexión, mientras camino o realizo alguna actividad con atención plena, meditando, escribiendo, etc. Esto me sirve para mantenerme en mi camino y estar conectada con quien realmente soy, pues como todos en ocasiones también puedo verme arrastrada por el mundo que me rodea, caer en excesos de trabajo, de pantallas, de ruido, de redes sociales, de presiones externas, de entretenimiento o distracción.
Desde que soy consciente de ello, desde que propicio y valoro estos espacios de conexión conmigo misma y con la vida real en general, mi vida no es la misma. De hecho, te puedo garantizar que es mucho mejor. Mi reflexión personal es que cuanto más conectada estoy conmigo misma, más plena y satisfactoria siento que es mi vida.
Por todo ello hoy quiero invitarte a que simplemente pruebes y experimentes, a que te permitas conectar contigo mismo, y a que valides por ti mismo o misma si lo que te cuento en este artículo es cierto o no, pero sobre todo a que compruebes el impacto que aprender a conectar contigo mismo o contigo misma puede tener en tu vida.
En mi opinión aprender a conectar con nosotros mismos tiene un impacto muy positivo en nuestras vidas sean cuales sean nuestras circunstancias. Sin embargo te animo a que te atrevas a experimentar los beneficios que puede tener en tu vida, sobre todo cuando:
- Te sientas perdido, estresado, aburrido, frustrado, insatisfecho, etc.
- No sepas qué hacer con tus circunstancias o con tu vida.
- Te encuentres desmotivado o sin ilusiones.
- Tu vida este yendo por un rumbo que no te gusta.
- Sientas que las circunstancias de tu vida te oprimen o no encuentres la forma de enfrentar algún problema.
- Sientas miedo, ansiedad, aburrimiento, incomodidad o dolor en tu interior.
Mira en tu interior. Escucha tanto lo positivo como lo negativo, observa tanto las partes oscuras como las luminosas, identifica tanto lo que está floreciendo como lo que se encuentra ya marchito. Hazlo sin juzgarte, con total aceptación. Escúchate, siéntete, y compréndete. Estas sencillas acciones puede cambiar tu vida.
Conecta contigo mismo, escucha tu interior. Nadie mejor que tu puede comprenderte, entenderte o valorarte, ni decirte qué hacer o qué camino tomar en tu vida. Nadie mejor que tú puede saber dónde se encuentra tu bienestar.
Recuerda que solo a través de la conexión contigo mismo podrás alcanzar tu plenitud y felicidad.
¿Y tú cuánto tiempo a la semana dedicas a estar contigo mismo? ¿ Cuándo fue la última vez que te dedicaste tiempo de calidad a ti mismo? . Si te apetece te invito a compartir tu experiencia en los comentarios.
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Muchas gracias, un abrazo y hasta pronto.