Cada vez que dices «No tengo tiempo» te alejas de tu felicidad

¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión “no tengo tiempo”? Está tan aceptada en nuestra sociedad que todo el mundo la utiliza. El problema es que desconocen la repercusión real de esta expresión en nuestras vidas. Hoy quiero hablarte de cómo esta frase que parece inofensiva nos aleja de nuestra felicidad y plenitud.

Todos tenemos el mismo tiempo.

Con cada nuevo amanecer la vida nos regala las mismas 24 horas a todos, cada nuevo día disponemos de 1440 minutos que debemos elegir cómo emplear.

Como seres humanos nuestro tiempo en este planeta es limitado, por ello debemos elegir muy bien cómo lo administramos y disfrutar todo lo que podamos de esta experiencia que llamamos vivir.

En mi opinión, en nuestro día a día sólo podemos realizar dos clases de actividades «las que nos roban tiempo o las que nos dan vida».

Las actividades que nos roban tiempo son todas aquellas que no producen ningún beneficio en nuestra vida, que no nos satisface hacer, que consideramos una pérdida de tiempo o todas aquellas que hacemos porque creemos que las debemos de hacer, aunque no queramos.

Las actividades que nos dan vida son todas aquellas que necesitamos realizar para mantenernos con vida o sobrevivir (como comer, dormir, etc.) y todas aquellas que nos apasiona hacer y que cuando las realizamos sentimos que estamos disfrutando plenamente de nuestro tiempo. En general son todas aquellas actividades que nos dan energía para vivir.

Frase: "Cada día elegimos entre dos clases de actividades, las que nos roban tiempo o las que nos dan vida" por Laura Arias.

Nadie siente la sensación de no tener tiempo mientras realiza actividades que disfruta. De hecho cuando sentimos que no nos cunde el tiempo, cuando sentimos que tenemos los días tremendamente ocupados, suele tener más que ver con que hacemos tareas que no nos suplen, que no son eficaces o que nos llenan, más que el número de tareas y actividades que hacemos en realidad.

Esta sensación de falta de tiempo, de ir con prisa siempre de aquí para allá, corriendo en todo momento, se ha convertido ya en una parte más de la cultura imperante. El problema es que nadie puede alcanzar sus sueños, nadie puede ser exitoso, con esa preocupación constante de no tener tiempo. Esta sensación nos aleja de nuestra felicidad y plenitud, de hecho puede ocasionar a largo plazo graves problemas de estrés, ansiedad y salud en general.

Entonces si todos tenemos las mismas 24 horas cada día, qué diferencia a los que pueden hacer todo lo que se proponen y a los que nunca tienen tiempo. Que los primeros eligen y priorizan las tareas que desean realizar, y sobre todo eligen actividades que les dan vida.

¿Por qué hemos normalizado decir «No tengo tiempo»?

Solemos decir «no tengo tiempo» continuamente porque es un excusa socialmente aceptada.

En muchas ocasiones decimos «no tengo tiempo» a un plan o actividad, cuando en realidad lo que no tenemos son ganas. Quizás el plan no nos interese, no vaya con nosotros, nos parezca aburrido, etc. Pero utilizamos esta excusa para no «quedar mal» o evitar explicar la verdadera razón.

En otras ocasiones utilizamos esta excusa para con nosotros mismos. Así podemos justificar nuestra falta de motivación, nuestra falta de compromiso, nuestro miedo al cambio, nuestro conformismo o pasividad.

Reflexiona por unos momentos ¿A qué tipo de actividades solemos responder con «no tengo tiempo»?

  • Compromisos sociales que no nos interesan.
  • Actividades que nos suponen un poco de esfuerzo como: estudiar, cocinar saludable, ir al gimnasio, etc.
  • Reuniones con personas con las que no disfrutamos.
  • Tareas que nos parecen aburridas.
  • Actividades que nos sacan de nuestra zona de seguridad y confort.

Y casi nunca solemos decir » no tengo tiempo para…» :

  • Ver un par de capítulos de una serie de televisión, con una duración que oscila entre los 30 y 50 minutos.
  • Llamar por unas pizzas y esperar a que las traigan.
  • Salir al barrio a los lugares que ya conocemos «a darnos una vuelta «, y lo que surja.
  • Pasarnos todo un día del fin de semana en el sofá con una manta viendo la televisión.
  • Estar más de media hora en las redes sociales.
  • Etcétera.

¿Por qué será que para este tipo de actividades cómodas, conocidas y que nos ofrecen un placer inmediato siempre tenemos tiempo?

Gestionar nuestras prioridades para aprovechar mejor nuestro tiempo.

Como hemos dicho antes todos tenemos el mismo tiempo, los únicos que ya no disponen de tiempo son las personas que han fallecido. Por eso no debemos olvidar que cada nuevo día de vida es un regalo hermoso, y que es necesario elegir cómo le vamos a sacar el máximo partido.

Aprender a gestionar nuestras prioridades nos ayudará a vivir una vida más plena y satisfactoria, alejándonos para siempre de esa sensación de falta de tiempo.

El problema que he podido observar tratando este tema con algunas personas, es que no conocen cuales son sus prioridades o siempre las colocan en el último lugar. Si no te conoces a ti mismo, si no sabes qué es lo que deseas para tu vida, si no valoras tu tiempo, es imposible que puedas priorizar.

En la actualidad muchas personas van en piloto automático, de aquí para allá, siempre con falta de tiempo, sin saber a dónde van, ni pararse a pensar que quieren de verdad. Lo que más me llama la atención de este asunto es que muchas de las personas con las que he hablado, que suelen tener siempre en la punta de la lengua el «no tengo tiempo», jamás se han parado a pensar en su propia muerte, ese día en el que no tendrán más tiempo de verdad.

Sé que no es un tema agradable pero pensar en nuestra propia muerte nos ayuda a tener claro lo importante de la vida. Imagina que te quedase un año de vida ¿En qué aprovecharías tu tiempo?. Reflexionar y entender que nuestro tiempo en este hermoso planeta es limitado nos ofrece pistas inequívocas para encontrar cuáles son nuestras auténticas prioridades.

( Si quieres leer mi opinión sobre cómo la muerte puede convertirse en una herramientas transformadora, puedes hacerlo en este artículo).

En otras ocasiones también suele ocurrir que aún sabiendo cuales son nuestras prioridades sentimos que no tenemos tiempo para ellas, una de las razones principal es que ocupamos todas las horas de nuestro día en hacer actividades poco importantes, que han sido elegidas por otros o que creemos que «debemos» hacer.

Para aprender a administrar mejor nuestro tiempo es necesario comprender que cada día es una nueva oportunidad para disfrutar y sacar el máximo partido a nuestro tiempo, que por desgracia es limitado.

Pero también hay personas que maximizan su tiempo. Que pareciese que sus días tienen más horas. Porque quien tiene claras sus prioridades saca momentos para hacer lo que de verdad desea.

Hay personas que…

  • Trabajan 40 horas y van a clases nocturnas.
  • Madrugan a las 4 de la mañana para hacer deporte antes de ir a trabajar.
  • Van a la universidad y trabajan a tiempo completo.
  • Trabajan en dos trabajos y hacen los deberes con sus hijos al llegar a casa.
  • Cuidan a un familiar enfermo mientras emprenden un proyecto colaborativo desde su hogar.

¿Qué tienen estas personas que las hace diferentes? Que tienen claro lo que es importante en su vida.

Tu tiempo es tu recurso más valioso, cuidalo.

El tiempo es el recurso más valioso que poseemos. No se puede cambiar, recuperar, devolver o comprar y cuando se nos acaba no podemos pedir una prórroga. Por ello es necesario aprender a disfrutarlo al máximo. Pasar del continuo «no tengo tiempo» a aprovechar cada minuto de nuestra vida.

Si quieres aprender a disfrutar de tu tiempo, vivir una vida en la que disfrutes y alcanzar la plenitud, necesitas aprender a poner foco en lo importante. Para ello necesitarás:

  • Reflexionar acerca de ti mismo, de tu vida, de tu motivaciones, anhelos, etc.
  • Conocer tus prioridades.
  • Hacer un balance de las actividades de tu día a día.
  • Aprender a observar las formas en las que empleas tu tiempo.
  • Desechar las actividades que no te aportan valor.
  • Elegir lo que es más importante para tí.

Aprender a priorizar nos ayuda a identificar lo esencial de la vida. Podemos tener 100 deseos, pero no 100 prioridades. Las prioridades son aquellas cosas que ocupan un lugar importante en nuestro corazón, y suelen ser pocas. Lo normal es que tengamos unas cuantas prioridades personales, relacionales, profesionales y de autorrealización, nada más.

Comienza a priorizar y aprovecha tu tiempo al máximo.

Hoy quiero regalarte unos sencillos ejercicios que te ayudarán a identificar tus prioridades y te servirán para hacer un balance de tu tiempo.

Coge papel y lápiz, o si ya formas parte de nuestra familia de valientes tu libreta de evolución personal .

Comenzamos:

1. Identifica tus prioridades.

  • Escribe las 10 cosas más importantes para ti. Después enuméralas, donde 1 sea la más importante.
  • Ahora escribe al lado cuantas horas a la semana dedicas a cada prioridad. ¿Hay coherencia entre su importancia para ti y el tiempo que les dedicas?

2. La muerte como herramienta transformadora. Si te dijesen que te queda 1 año de vida:

  • ¿Qué cosas te gustaría hacer?. Escribe todo lo que se te pase por la cabeza.
  • ¿Qué legado te gustaría dejar en este planeta?
  • Ahora piensa, de todas lo que has escrito si solo pudieses elegir 3 por falta de tiempo. ¿Cuáles serían?

3. Revisa la gestión de tus prioridades en tu día a día.

  • Escribe en una hoja una lista de todas las actividades de tu día, ejemplo: Desayunar, ver redes sociales, arreglarte, recoger la habitación, ir a trabajar, etc. Sé lo más minucioso posible y describe tu día desde que te levantas hasta que te acuestas.
  • Ahora escribe al lado el tiempo que dedicas a cada actividad.
  • Identifica con x al lado todas actividades que «dan vida».
  • De todas las demás actividades ¿Cuántas podrías suprimir sin tener ninguna repercusión en tu vida? ¿Cuántas podrías hacer en menos tiempo sin afectar a la calidad de tu vida?

Contestando a estas cuestiones podrás identificar mejor tus prioridades y estarás más cerca de conseguir una mejor gestión de tu tiempo. El objetivo es convertirte en el dueño/a de tu tiempo y no ser su esclavo.

Además aprender a valorar nuestro tiempo, es también aprender a valorarnos a nosotros mismos.

Cuando eliges priorizar, estás eligiendo priorizarte.

Poner en primer lugar lo que es importante para ti, tu proceso de evolución personal, las actividades que te dan vida es también una forma de amarte y respetarte. Valora tu tiempo, valora tu vida. Mientras estés vivo tendrás tiempo, disfrútalo.

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2 comentarios de “Cada vez que dices «No tengo tiempo» te alejas de tu felicidad”

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