En estos tiempos que corren el ser humano quiere tener la vida bajo control. Pero la vida no se puede controlar.
Vivimos en una sociedad obsesionada por el futuro. Muchas personas desperdician su presente en situaciones que detestan por la ilusión de un futuro mejor. El problema es que ese futuro puede que no llegue nunca.
Quien ha estado alguna vez muy enfermo en un hospital, quien ha perdido un familiar de forma trágica y repentina sabe que la vida es de todo menos segura.
Nadie puede tener certeza de que ocurrirá mañana. Nadie puede asegurarnos que al despertar todo vaya a seguir igual.
La vida es hermosa, maravillosa e incluso mágica, pero también es cambiante, frágil y vulnerable. Y contra lo que pueda parecer, entender la incertidumbre como parte de la vida nos ayuda a comprender y valorar mejor, lo que significa vivir en realidad.
Abrazar la incertidumbre como parte de la vida.
Uno de los primeros conceptos en los que profundicé cuando comencé a practicar la atención plena (o mindfulness) fue comprender y aceptar la incertidumbre como parte natural de la vida.
La atención plena es la capacidad de observar la realidad tal cual es, sin juicios ni condicionamientos. Focalizando nuestra atención en el momento presente. Estando, sintiendo y conectando con el ahora en toda su intensidad.
Los sabios antiguos que comenzaron a extender esta práctica hace más de 2.500 años comprendieron que la seguridad en la vida es una ilusión. Observando la naturaleza con atención plena entendemos que en ella no existe la seguridad, todo es cambiante e imprevisible, nada es permanente, ni se puede controlar. Al observar la naturaleza con plena atención, podemos hacernos conscientes de que la vida de los seres humanos es frágil y vulnerable, como la de todos los demás seres vivos del planeta. Por esta razón los sabios antiguos eran humildes, entendían que la incertidumbre de la vida nos afecta a todos por igual: ricos, pobres, guapos, feos, sabios ascetas o mundanos.
Sin embargo nuestro diálogo mental, ese «run run» continuo que habla en nuestra cabeza, nos quiere hacer creer que podemos controlar la vida, que podemos llevar ventaja a la naturaleza, que nosotros somos diferentes, que a nosotros nunca nos ocurrirá nada malo. Pero nada más lejos de la realidad.
Quien comprende la verdad de la vida sabe que lo único cierto es la incertidumbre.

Abrazar la incertidumbre como parte la vida nos ayuda a poner en valor lo importante, a desprendernos de lo superfluo, a ser humildes y empáticos, a valorar lo que tenemos, a sentirnos afortunados por todo lo que un día más de vida nos permite disfrutar.
La atención plena es la herramienta más poderosa que conozco para comprender y aceptar la incertidumbre como parte de la vida. Aunque más que una herramienta o práctica aislada, para mí es un modo de vivir. Pero también existen otras formas sencillas con las que podemos entender y aceptar la incertidumbre. Por ejemplo:
- Observando la naturaleza, reflexionando y aprendiendo de ella.
- Comprendiendo y aceptando que es imposible tener la vida bajo control. Que esa sensación de control es una ilusión, un sueño que hemos inventado en nuestra mente.
- Entendiendo que en nuestra vida existen muchos eventos que escapan a nuestro control. Por ello lo más sensato es poner nuestra energía y atención en los eventos que sí dependen de nosotros.
- Desarrollando habilidades que nos ayuden a enfrentar mejor la incertidumbre y los cambios en la vida, como la flexibilidad, la resiliencia, la confianza en uno mismo, etc.
- Observando los hechos y sucesos con cierta perspectiva. Intentando ver la vida de un modo más objetivo.
- Agradeciendo cada nuevo día como una nueva oportunidad que nos ofrece la vida.
- Aprendiendo a fluir con las circunstancias que nos toque vivir.
De hecho todas estas actitudes forman parte de lo que significa vivir con atención plena.
Abrazar la incertidumbre como parte de la vida significa poner los pies en el suelo, comprender la vida en su conjunto, dar valor a lo importante, agradecer cada nuevo día, ser humildes y aceptar la vida como es. Significa aprender a valorar el momento presente, entendiendo que es lo único cierto que podemos tener.
Valorar cada instante de nuestra vida como el regalo maravilloso que es.
Si quieres saber más sobre cómo vivir con plena atención puedes continuar leyendo estos artículos.
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Muchas gracias por regalarme este momento.
Un abrazo fuerte y hasta pronto.
Gracias, Laura por compartir, excelente reflexión
Muchas gracias a ti por tu comentario, un saludo.